Las situaciones traumáticas que conocemos y reconocemos con facilidad como son:
-Choques automovísilticos
-La muerte de un ser querido
-El abuso sexual o físico
Hay una serie de eventos traumáticos que vivimos o incluso hasta pueden ser imaginados que no son reconocidos como traumáticos aunque lo sean, estos pueden ser:
-La pérdida de un empleo
E incluso cosas que parecen más insignificantes y a veces hasta cotidianas como pueden ser:
-Discutir con un ser querido
-Ver la discusión entre dos personas cercanas a nosotros
-La famosa ley del hielo (sea que el sujeto la imponga o alguien la imponga a la persona)
Ya que se puede definir un trauma como aquello que rebasa al yo. Lo que rebasa al yo puede ser aquello que lo rebasa por ser un estímulo demasiado fuerte en intensidad o que se vuelve más fuerte por la frecuencia, muchos traumas chiquitos y repetidos llevan al trauma. Desde el enfoque relacional, el trauma psicológico lleva a tener sentimientos intensos de miedo, sensación de aniquilación y vivencia de desprotección lo cual impacta al aparato mental desorganizando su funcionamiento y privando al niño o al individuo de tener sensaciones tranquilizantes como son las de tener control sobre lo que le ocurre, sentirse en contacto emocional con otros, así como sentir que las relaciones tienen un sentido.
No es entonces el trauma aislado sino el efecto de éste sobre las relaciones o el hecho de que el trauma aparezca en relaciones deficitarias, lo que señala la dirección en la que se puede desarrollar la personalidad. Y ¿después de este trauma?
¿Qué capacidad de recuperación tienen las personas? Y cómo se puede ver esto en un nivel fisiológico y psíquico o emocional?
La capacidad de recuperación según Freud depende de las series complementarias.
En estas series él lo que explica es que hay tres factores que pueden llevar a que las personas desarrollen alguna enfermedad mental o patología
La primera es la predisposición en la constitución de la persona es decir si algo en su misma constitución, por ejemplo, poca tolerancia a la frustración o una predisposición a la agresión puede llevar a la persona a desarrollar una patología o poca capacidad de recuperación.
La segunda es cuando no hay una predisposición en la persona pero la vida le presenta una serie de eventos desafortunados o muchas frustraciones en los primeros meses de vida. describe los casos intermedios en los que puede haber una mayor predisposición por la constitución del sujeto pero una vida con menos frustraciones o la situación inversa.
La tercera es cómo reacciona el sujeto ante el deseo y la frustración: La suma frustración externa y frustración interna más represión por parte del Yo ante la frustración interna es lo que lleva al sujeto a una fijación como tal. Si hay un deseo que es frustrado de forma externa, de forma interna y además el deseo es vergonzoso o doloroso y por lo tanto la persona no acepta este deseo va a reprimirlo y esto es lo que le puede llevar a tener una fijación en cierta etapa del desarrollo.
Los personas que hayan tenido una mejor relación con su madre tendrán mayor motivación de acercamiento y mayor capacidad de resiliencia (González Núñez, 2021), si estas personas tienen además mayor cercanía con su padre esto aumentará su capacidad. Si al buen funcionamiento neurofisiológico se agrega la buena relación del niño con la madre y del niño con el padre, creando una relación de apego segura se irá desarrollando en la vida infantil una mejor capacidad de resiliencia. Se sobreentiende que si la función neurofisiológica está deteriorada y si los padres no se llevan bien con los hijos se verá disminuida la capacidad de resiliencia.
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